A través de esta columna, pretendemos compartir nuestro interés por los números no convencionales, a la vez que tratamos de desmitificarlos mediante el uso de ejemplos que ayuden a entenderlos de una manera práctica.
Dado que siempre he sentido más inclinación por el arte de lanzar, he decidido que la primera entrega esté basada en una estadística de pitcheo. He escogido una herramienta sumamente fácil de calcular y no es necesario el uso de métricas avanzadas no disponibles en los box scores convencionales para su uso.
Con ustedes: FIP.
A principios de la década de los años 2000, Voros McCracken dió a conocer su revolucionaria fórmula DIPS. DIPS es un acrónimo para Defense Independent Pitching Statistic, por sus siglas en inglés y quiere decir Estadística de Pitcheo Independiente de la Defensa.
A través de numerosas observaciones e investigaciones, McCracken había llegado a la conclusión de que había muy poca variación en la habilidad de los lanzadores para prevenir hits y que por tanto, los hits permitidos no eran una buena herramienta para evaluar a un lanzador.
McCracken encontró que la correlación entre la calidad de un lanzador y la frecuencia relativa entre los hits permitidos por pelotas puestas en juego, era mínima. Esta línea de pensamiento poco convencional, encontró mucha resistencia por parte de la comunidad sabermétrica.
Si bien es cierto que McCracken subestimó la influencia de los lanzadores luego de que la pelota es puesta en juego (lanzadores que logran producir mayor cantidad de batazos para flys tienen mejor proporción de hits permitidos), sus resultados a lo largo del tiempo han demostrado que no estaba errado al querer encontrar una herramienta que únicamente tomara en cuenta los eventos donde el lanzador tiene incidencia directa.
A pesar de las críticas, el trabajo realizado por McCracken con su DIPS es considerado en la comunidad sabermétrica como la pieza de investigación y análisis más importante en el Beisbol en los últimos años.
Partiendo de las conclusiones de McCracken, Tom Tango creó la fórmula FIP, acrónimo para Fielding Independent Pitching, por sus siglas en inglés y quiere decir Pitcheo Independiente de Fildeo.
La premisa que trata de sustentar el FIP, es que cargaremos al lanzador única y exclusivamente con los eventos que son de su responsabilidad. Es decir: Cuadrangulares, Bases por bolas, Bateadores Golpeados y Ponches. Aunque algunos lanzadores se especializan en provocar rodados o elevados acorde al repertorio de lanzamientos con el que cuentan, hay una fluctuación muy alta de un lanzador a otro en las proporciónes que permiten de cada uno y esta es la razón por la cual la fórmula solo se concentra en cual debió ser la Efectividad del lanzador, eliminando el factor suerte (entiéndase por suerte a los eventos que tienen lugar una vez la pelota sale del bate).
En otras palabras:
FIP nos ayuda a entender que tan bien lanzó un pitcher, independientemente de que tan bien o mal le haya ido a sus jugadores defensivos. -The Hardball Times
Dicho de otro modo, FIP nos dice que tan bien debió haberle ido a un lanzador en lugar de como le fue.
Para llegar a esta fórmula, Tango creó una matriz en la cual determinó coeficientes para cada evento, traduciéndolos en carreras. En esencia, estos coeficientes nos dicen cuanto contribuyó cada Cuadrangular o Base por bolas al carreraje del equipo contrario, o cuantas carreras evitó un Ponche.
La diferencia fundamental entre las estadísticas convencionales y las sabermétricas, es que las estadísticas convencionales miden a nivel superficial lo que sucedió (Promedio de bateo, Efectividad, Ganados) en tanto que las avanzadas nos dicen cual fue la contribución específica de cada jugador a esos medidores, a la vez que filtran la contribución realizada por sus compañeros de equipo y las fluctuaciones aleatorias de la "suerte".
Es por esto que el FIP es mucho mejor medidor para predecir actuaciones futuras que la misma Efectividad.
La fórmula para el FIP viene dada por:
Donde:
Para obtener la C (Constante), basta con sacar la Efectividad de la liga y restarle el FIP neto. Esta constante no tiene otra función que la de traer el FIP a una escala similar a la de la Efectividad, para que su interpretación sea más fácil.
Como pueden ver en la fórmula, las Bases por Bolas y los Bateadores golpeados son sumarizados, en cambio, las Bases por Bolas Intencionales son restados. Esto, para minimizar el impacto que provoca en el lanzador una Base por Bolas que fue ordenada por su Dirigente y así no se le penaliza, no así en el caso de los Bateadores Golpeados, que son sumados a las Bases por Bolas.
Cabe destacar que los coeficientes en la fórmula son el producto del trabajo de Tom Tango, basándose en datos de la MLB, por lo que no necesariamente se ajusten a nuestra realidad, pero nos servirán para ilustrar el ejemplo práctico.
Si el FIP es un número "parecido" a la Efectividad, ustedes se preguntarán ¿Para qué molestarnos en calcularlo?. El FIP solo está interesado en el desempeño del lanzador, sin tomar en cuenta el desempeño de su defensa. Ya sabemos que un lanzador es el único responsable de los Cuadrangulares, Bases por bolas, Bateadores Golpeados y Ponches y que las demás variables (tipos de batazos permitidos, por ejemplo) no siguen una distribución directa y por ende son muy volátiles de un año a otro como para poder ser utilizados en un modelo predictivo, no así la relación que hay entre las frecuencias de HR/9, BB/9 y SO/9, las cuales la mayoría de lanzadores logra mantener dentro de un rango no muy amplio a lo largo de sus carreras.
Pongamos en práctica la fórmula haciendo un breve análisis comparativo, utilizando los mejores cinco lanzadores (elegibles) de la LIDOM durante la Temporada 2010-2011 en términos de efectividad.
Ahora desarrollemos la ecuación del FIP utilizando los datos de Yuneski Maya. Lo primero que harémos es calcular la C (Constante) para la temporada 2010. Sabiendo de antemano que la Efectividad de la LIDOM fue de 3.85 para la Temporada 2010-2011. La Constante es el resultado de restar el FIP neto de la liga a la Efectividad de la liga mediante la fórmula convencional. Los datos totales para calcular el FIP neto los podemos encontrar en la siguiente tabla:
Luego:
Ya que tenemos nuestra constante, utilicemos los datos de Yunesky Maya durante la Temporada 2010-2011.
Repitiendo esta ecuación para todos los lanzadores elegibles durante la Temporada 2010-2011, obtenemos los mejores cinco lanzadores de la LIDOM en base a su FIP.
Fíjense en los nombres de ambas listas. ¿Qué es lo primero que notan? Yuneski Maya sigue al tope y excepto por la salida de Radhamés Liz (6to en FIP en 2010-2011) y la inclusión de Nerio Rodríguez (7mo en Efectividad en 2010-2011), los candidatos son prácticamente los mismos.
A pesar de que la fórmula ignora por completo los hits permitidos por un lanzador, aún así podemos obtener una lista sumamente similar. El propósito del FIP no es desestimar la importancia de los hits permitidos por los lanzadores y otros eventos diferentes de los Cuadrangulares, sino simplemente ser un componente por si mismo, Pitcheo Independiente de la Defensa.
Es importante que dejemos claro la utilización del término suerte cuando hablamos de FIP. Como dijimos anteriormente, la premisa de que el lanzador no tiene control sobre lo que sucede luego de que la pelota es puesta en juego no es del todo cierta, puesto que ciertos lanzadores son especialistas en provocar rodados o elevados según su repertorio de lanzamientos. Un lanzador con alto porcentaje de rodados es menos propenso a permitir Cuadrangulares que uno con alto porcentaje de elevados.
No todas las pelotas puestas en juego convertidas en hit son producto de la suerte y en eso podemos estar todos de acuerdo. El batear es un arte en sí mismo y poco tiene que ver con suerte.
Para nuestros fines, definamos la suerte como el elemento intangible de lo que sucede fuera del control del lanzador, entre los que podemos incluir la "secuenciación" de eventos. Un lanzador puede perfectamente permitir muchas Bases por bolas durante un partido sin que ninguna de ellas logre anotar en carrera. Esto puede deberse a diversos factores, como pueden ser la defensa con la que cuente el lanzador o a que posee una frecuencia alta de K/9.
Echémosle ahora un vistazo a los mejores 12 lanzadores elegibles durante la Temporada 2010-2011 según su Efectividad y su FIP:
Grafiquémos estos valores relacionando la Efectividad vs. FIP.
En base a la gráfica podemos deducir que:
Tuvieron suerte:
Tuvieron mala suerte:
La línea divisoria entre suerte y mala suerte nos dice que todos aquellos lanzadores cuya Efectividad fue menor que su FIP tuvieron suerte e inversamente, que aquellos lanzadores cuyo FIP fue menor que su Efectividad tuvieron mala suerte.
Pongamos esto dentro del contexto definido unos párrafos mas arriba para la suerte.
Tomemos el caso de Esteban Yan para explicar la mala suerte. Su era fue 1.77 puntos mayor que su FIP, y esto puede deberse a que del grupo de 12 lanzadores, fue el que mas batazos de doble mérito permito con un total de 13 dobles. Esto acompañado de una mala "secuenciación", explicaría la brecha tan amplia entre su Efectividad y su FIP.
Miremos ahora el caso contrario de la suerte con Radhamés Liz. Su FIP fue 1.63 puntos mayor que su Efectividad, que fue la segunda mejor de la Liga durante la temporada pasada con 1.62. Nunca asumiríamos que un lanzador con un efectividad por debajo de 2.00 es un lanzador suertudo, sin embargo, podemos inferir que el hecho de Liz mantener la pelota dentro del parque fue de gran ayuda. Solo promedio un Cuadrangular cada 27 entradas lanzadas. Es también altamente probable que a pesar de promediar casi 3 bases por bolas por juego, lograra dejar muchos corredores en circulación.
La importancia de determinar si un lanzador fue suertudo o no no tiene un valor tangible para su desempeño actual, pero si para su desempeño futuro. La relación directa que existe entre la Efectividad y el FIP es la media, por lo que un lanzador que se desvíe mucho en su FIP con respecto a su efectividad promedio, tenderá a regresar a la media en el futuro y viceversa.
Veamos esto mediante ejemplos prácticos.
Es hora de poner en práctica las bondades del FIP y para ello, tomaremos los mejores lanzadores elegibles de 2008-2009 y 2009-2010 en base a su Efectividad.
¿Qué tan acertado pudo ser el FIP al momento de predecir la actuación de estos lanzadores para la Temporada 2009-2010? Veamos.
Solo estamos pronosticando para lanzadores elegibles, por lo que algunos nombres ya no están en nuestra tabla, pero veamos los resultados.
Si bien el FIP no ofreció el numero esperado exacto para la Efectividad, para los casos en los que estuvo alejado, al menos podemos notar que si acertó en la tendencia. Todos los lanzadores que obtuvieron un FIP más alto que su Efectividad, vieron su efectividad aumentar durante la temporada 2009, lo mismo para aquellos lanzadores que obtuvieron un FIP menor a su Efectividad, vieron un decrecimiento en la misma.
Ahora los datos para la Temporada 2009-2010.
¿Qué tan acertado pudo ser el FIP al momento de predecir la actuación de estos lanzadores para la Temporada 2010-2011? Veamos.
En esta ocasión, vemos como Omar Beltré y Evan Maclane obtuvieron resultados muy dispares entre los resultados esperados y sus actuaciones reales. En el caso de Omar Beltré, esto podemos atribuirlo a que solo lanzó 8 entradas y dos tercios. En el caso de Maclane, a pesar de que sus índices de BB/9, HR/9 y SO/9 fueron menores en 2010 en comparación a los de 2009 con 1.6, 0.7 y 8 respectivamente vs. 1.8, 0.9 y 6.2, en 2010-2011 logró una Efectividad muy similar a la de 2009 e incluso 0.04 puntos menor.
¿Falló el FIP en su intento por pronosticar la Efectividad de Maclane? No tan rápido. Durante 2009-2010, Maclane lanzó 41 entradas comparado con solo 20 y dos tercios durante 2010-2011. No solo esto, sino que el FIP de Maclane para la Temporada 2010-2011 fue de 3.91, lo que indica que en realidad corrió con mala suerte y que su efectividad debió haber sido menor después de todo. Esto es de esperarse, puesto que un lanzador que mejore sus proporciones de Bases por bolas permitidas por cada 9 entradas, Cuadrangulares permitidos por cada 9 entradas y Poncher propinados por cada 9 entradas, debe ver su Efectividad disminuir, a menos que no haya tenido buena "secuenciación".
A partir de la Efectividad no es posible determinar si un lanzador tendrá una actuación futura buena o mala y el poder del FIP es precisamente el ayudarnos a saber que podemos esperar de un lanzador antes de emitir un juicio prematuro y poco fundamentado.
Fuentes de soporte: